El pasado domingo 2 de noviembre, la Santísima Virgen de la Soledad fue trasladada al cementerio de su mismo nombre por la conmemoración de los todos los fieles difuntos. El sol de media tarde recibía a la Santísima Virgen tras la salida desde su santuario en un traslado en el que se rezó el Santo Rosario de Ánimas. Posteriormente, se celebró la Santa Misa en sufragio por las almas de los difuntos.
Fotografías: J. Ángel Espinosa