HDAD. DE LA SOLEDAD

MUY ANTIGUA, ILUSTRE Y FERVOROSA HERMANDAD SERVITA Y COFRADÍA DE NAZARENOS DEL SANTO ENTIERRO DE NTRO. SR. JESUCRISTO Y NTRA. SRA. DE LA SOLEDAD

Excelsa Patrona Canónica y
Alcaldesa Mayor Perpetua de la Villa de Cantillana

Introducción

En la Iglesia Católica existe la antigua costumbre de poner a los pueblos, colectivos, gremios, etc., bajo la tutela o protección de la Santísima Virgen María o de algún santo con el fin de que interceda ante Dios por ellos en sus necesidades y aflicciones. De este modo los fieles reconocen a la Santísima Virgen o a los santos como intercesores y abogados ante Dios.

Aunque pudiera parecer un tópico, desde tiempo inmemorial la Santísima Virgen de la Soledad ha sido venerada como Patrona de la villa de Cantillana. A Ella acudieron siempre los cantillaneros en busca de su protección y auxilio en los momentos más difíciles de sus vidas, encontrando siempre su maternal patrocinio. Esta relación filial del pueblo con su Patrona ha sido constante durante siglos.

Un testimonio fehaciente, que acredita el patronazgo de la Santísima Virgen de la Soledad sobre Cantillana asumido y declarado por los vecinos de este pueblo, lo corrobora un documento conservado en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla. Se trata de la carta que con fecha de 8 de octubre de 1878, José Caballero dirige al Secretario de Cámara del Arzobispado de Sevilla informando del término de la Santa Misión realizada en Cantillana por los Padres José Mirete, Pascual Mora y Manuel Sanz. En la misma se afirma que (…) la entrada fue solemnísima recorriendo las principales calles del pueblo en procesión de penitencia, cantando las letanías de los santos y coplas de misión. Se han celebrado otras dos procesiones de penitencia una de hombres y otra de sras. al célebre Santuario de la Soledad, con el fin de interesar a la Stma. Virgen que es venerada como Patrona en este pueblo, (…). No obstante, en documentos conservados en el Archivo de la Hermandad, las referencias a Nuestra Señora de la Soledad como Patrona de la villa son constantes y numerosas desde finales del siglo XIX. A pesar de ello, se desconoce y no consta documentadamente con exactitud el momento originario de institución de dicho patronazgo.

En 1919, siendo mayordomo D. José Arias Rivas, junto al ayuntamiento de esta villa con D. Juan Teréñez Espinosa como alcalde y párroco D. Pedro Daniel Gallardo, haciéndose eco del sentir unánime de todo el pueblo que desde tiempo remoto venía reconociendo a la Virgen de la Soledad como Patrona de Cantillana, decidieron elevar una petición a la Santa Sede para que reconociera dicho patronazgo. Por tradición oral sabemos que esta iniciativa estuvo auspiciada por el sacerdote cantillanero D. Francisco Arias Rivas, -martirizado en agosto de 1936- a la sazón hermano carnal del mayordomo de la cofradía y gran devoto de la Virgen de la Soledad. 

En la función de los Dolores Gloriosos del 19 de septiembre de 1920 se dio lectura a la ratificación del patronazgo, que fue acogido con enorme alegría y júbilo por el pueblo de Cantillana. Desde entonces, los cantillaneros veneraron a la Virgen de la Soledad de una manera diferente a como lo habían venido haciendo hasta entonces: si desde tiempo inmemorial la consideraron Patrona de hecho, desde esta centenaria fecha la tuvieron como Patrona de derecho, debido a la carta llegada desde Roma a la hermandad.

El 31 de mayo de 2019, cumpliéndose el centenario del reconocimiento del Patronazgo de la Santísima Virgen de la Soledad sobre el pueblo de Cantillana por la Santa Sede de Roma, la misma ratifica con rango pontificio el Patronazgo otorgándole a Nuestra Madre todos los derechos que le son propios, fijando la Solemnidad Litúrgica de Nuestra Señora de la Soledad el 4º domingo de cuaresma, Viernes de Dolores.


La fama de milagrosa que rodea a esta imagen de la Santísima Virgen queda de manifiesto en los exvotos que cuelgan de las paredes de las escaleras de acceso a su camarín y dan muestra de la gratitud de los fieles por el favor recibido.

La facultad mediadora de la Patrona de Cantillana ha sido tradicionalmente uno de los grandes baluartes de su devoción. Es el caso conocido del capitán Serafín Sastre, quien combatiendo en la Guerra Hispano-Marroquí del Rif, sufrió un duro asalto en julio de 1922 salvando la vida de toda la compañía por intercesión de la Virgen de la Soledad. También es conocida la devoción que le profesó el célebre bandolero local Andrés López, el barquero de Cantillana, ―quien dio origen al personaje de la serie de TVE Curro Jiménez―, que burlaba la campaña de busca y captura de la Guardia Civil para visitar de noche y a escondidas a su madre y a la Virgen de la Soledad.



Breve historia de la Cofradía de la Soledad

El origen de la Hermandad de la Soledad de Cantillana hay que situarlo en la segunda mitad del siglo XVI. La forma de concebir la celebración de la Muerte, Entierro y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo en la sevillana Cofradía de la Soledad de la parroquia de San Lorenzo ―cuyas primeras reglas datan de 1557― con el Sermón del Descendimiento y la procesión del Santo Entierro influye notablemente en la fundación de la Hermandad de la Soledad de Cantillana, que se constituye con el fundamento de conmemorar tales misterios. A tal efecto, realizaba cada Viernes Santo el Sermón y Acto del Descendimiento y posterior procesión del Santo Entierro, entroncando así con la espiritualidad barroca del momento y convirtiéndose desde entonces en las señas de identidad de la corporación, que aún mantiene en la actualidad. 

Los primeros datos verificados que la constatan documentalmente son los del contrato de nuestras imágenes titulares, que el 13 de enero de 1583 firman en Sevilla D. Martín Blasco, como mayordomo de la Cofradía de la Soledad de Cantillana, y el pintor de imaginería Juan de Santamaría. En dicho contrato se concierta la hechura de un conjunto de imágenes ―las mismas que se veneran en la actualidad― y pasos procesionales destinados a la puesta en escena de las celebraciones propias del Viernes Santo y el posterior cortejo del Resucitado en el Domingo de Resurrección.

El auge devocional alrededor de la imagen de la Soledad propicia que en sucesivos documentos de los siglos XVII y XVIII la hermandad aparezca como propietaria de casas, tierras de labor y molinos; con las rentas que dejaban los alquileres de las mismas se sufragaban los gastos de la procesión del Viernes Santo. En las sucesivas menciones de los visitadores arzobispales se recoge su situación en la ermita de San Sebastián a extramuros del pueblo, “cuyo altar está con mucha decencia al ser muy venerada la imagen de la Soledad”

Durante el siglo XVIII la corporación vivirá un considerable cambio cualitativo fruto de la profunda devoción a la Virgen de la Soledad que se asienta desde ese momento hasta nuestros días: la realización de un paso de palio de plata y la reforma o ampliación de la antigua ermita, retablos e imágenes copan las grandes empresas artísticas. En 1765 son trasladadas las imágenes de la Virgen de la Soledad y el Cristo yacente hasta la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción y poco después comenzaron los trabajos de derribo de la antigua ermita de San Sebastián y primeras cimentaciones de la nueva ermita construida en honor de la Virgen de la Soledad.

Tras veintisiete años de obras muy ralentizadas y gracias a la intervención del sacerdote cantillanero D. José Velázquez Rivas -carismático mayordomo de la cofradía-, las obras son rápidamente concluidas en un solo año, fruto de una fuerte inyección económica, dejando como resultado un bello templo, ejemplo de la influencia neoclásica en la arquitectura andaluza del siglo XVIII.

El 17 de febrero de 1794 fue bendecida la actual ermita por el vicario de la villa, D. Justo Pastor Sierra. El día 23 de ese mismo mes se organizó una procesión extraordinaria para trasladar las imágenes al nuevo templo acudiendo a la misma todas las autoridades civiles, militares y religiosas de la villa. Durante la procesión se lanzaron salvas de escopetas y se quemó un castillo de fuegos de artificio. Al día siguiente tuvo lugar una solemnísima función religiosa para entronizar a la Santísima Virgen en su nuevo camarín.

La historia de la Virgen de Soledad está íntimamente ligada a la enorme devoción que le profesan los cantillaneros, que acuden a su santuario para postrarse a sus plantas a rogar la concesión de algún favor. Desde 1757 se tiene noticia documental de las salidas de la Santísima Virgen por rogativas y calamidades, como las que realizó en 1826 y en 1905 por falta de agua en los campos. Del mismo modo ha protagonizado todas las misiones populares organizadas en la localidad -en 1930, 1941, 1952 y 1961- en la que se atienden con predicaciones y confesiones a la mejora espiritual del vecindario.

El 28 de noviembre de 1891 la hermandad quedó adscrita a la Venerable Orden Tercera de los Siervos de María, de Roma. Este acontecimiento propició la aprobación de unas nuevas reglas y motivó una etapa llena de vitalidad en el seno de la corporación adaptándose a los nuevos tiempos. La vinculación con la Orden Servita que tantos beneficios y frutos espirituales ha aportado a la Hermandad de la Soledad desde el siglo XIX, se reafirmó y actualizó en septiembre de 2017.

Prueba de la devoción de los hijos de Cantillana a su Patrona la encontramos en la permanencia del culto a la venerada imagen durante los tristes sucesos de 1936. Hay que destacar la valentía de los cazadores del pueblo que se situaron con sus escopetas delante de la ermita impidiendo el paso a los exaltados que pretendían saquear y quemar el templo, imposibilitando así que la milagrosa imagen de la Virgen y su santa casa fuesen profanadas y destruidas. Con motivo de la finalización de la Guerra Civil española, el 27 de abril de 1939, la imagen de la Virgen de la Soledad recorrió las calles de su pueblo en una solemne procesión de acción de gracias.

El terremoto del 28 de febrero de 1969 dañó considerablemente la techumbre de la ermita, lo que motivó el cierre de la misma para su restauración y el traslado de las imágenes provisionalmente a la iglesia parroquial durante varios años. Finalizadas las obras, el 19 de marzo de 1973, se procedió al traslado de la Virgen a su ermita en procesión. Acudió a la misma el Cardenal Arzobispo de Sevilla, D. José María Bueno Monreal, quien celebró la santa misa y bendijo las obras realizadas en el templo.

En la sesión ordinaria celebrada por el Ayuntamiento Pleno el día 24 de noviembre de 1995, el Sr. Alcalde propuso -y así se acordó por unanimidad de los doce asistentes-, conceder la medalla de oro de la villa de Cantillana a la imagen de Ntra. Sra. de la Soledad. El día 1 de mayo de 1996 la Santísima Virgen de la Soledad recorrió las calles de Cantillana en procesión extraordinaria. Durante el transcurso de la misma tuvo lugar el acto de imposición de la condecoración municipal en la plaza del Llano.

En el año 2005, una vez más y como muestra del amor filial y unánime del pueblo de Cantillana a su Patrona, el Excmo. Ayuntamiento de Cantillana concede a la Virgen de la Soledad el nombramiento honorífico de Alcaldesa Mayor Perpetua de la villa, refrendando el vínculo del pueblo y del Ayuntamiento con su excelsa Patrona en un acto de gratitud por tantos favores recibidos durante siglos. El acto de nombramiento oficial tuvo lugar el 17 de diciembre de 2005 durante la celebración de una solemne función religiosa.


La imagen de la Virgen de la Soledad. Comentario artístico

La importancia artística de la imagen de Nuestra Señora de la Soledad estriba en su antigüedad y originalidad, siendo uno de los primeros ejemplos que se conservan de las imágenes vestideras de esta devoción. Una tipología tan propia como extendida por el Barroco sevillano fueron las imágenes de vestir. Articuladas a modo de maniquí, se adaptaban a las necesidades de culto público que el nuevo papel del Concilio de Trento propuso a las cofradías y al catolicismo en general. 

Sobre la imagen de la Virgen de la Soledad, el profesor D. José Roda Peña reconoce que desde el punto de vista estilístico, responde a la cronología del contrato con el artista Juan de Santamaría en 1583. Morfológicamente, la imagen es una obra realizada en madera, tallada solo la cabeza y manos, con brazos articulados y de caderas para abajo formada por un candelero de cedro. La obra aparece encarnada al oleo –sólo cabeza y manos– y presenta ojos de vidrio y seis lágrimas del mismo material.

Atendiendo explícitamente a lo que aparece en el contrato, Santamaría se compromete a ejecutar una imagen con “…su manto y monte de bayeta negro y un sudario con la corona de espinas y tres clavos…”, es decir, no menciona traje, ni toca, ni peto, ni ningún aditamento textil más que el manto y el monte, que suponemos sería el trozo donde se asentaba la Virgen, así como el sudario.

Es una imagen de porte frontal, posición enhiesta, rostro alargado e hierático de compungido dolor, el semblante serio y mirada baja, ojos rasgados, la nariz fina y alongada, labios sellados y leve frunce del ceño; particularidades encontradas de forma general en la estatuaria mariana del último Renacimiento.



El culto a Nuestra Señora de la Soledad

El culto que se le ha venido tributando a la Virgen de la Soledad desde la segunda mitad del siglo XVI, está distribuido en cultos internos -como el sermón y acto del Descendimiento, la función principal en honor de la Santísima Virgen que se celebra en la mañana del Viernes de Dolores (viernes de la quinta semana de cuaresma, día de la Patrona de Cantillana) y el septenario doloroso-; y en cultos externos -cuyo punto álgido es la procesión del Viernes Santo-, en la que participa gran número de hermanos y devotos y contiene elementos alegóricos -como las virtudes teologales y la Verónica- y representaciones civiles, parroquiales y hermandades locales. 


Cantillana corona a su Patrona

La celebración de los Dolores Gloriosos de 2022 quedará grabada en la historia de Cantillana. En la misma, se produjo la entronización de la milagrosa imagen de la Santísima Virgen de la Soledad en su camarín una vez culminada la importante restauración integral en la que le fue devuelto todo su esplendor a este habitáculo. Por otro lado, al término de dicha función religiosa, D. Manuel Martínez Valdivieso (párroco de Ntra. Sra. de la Asunción de Cantillana y director espiritual de la hermandad) dio lectura al anuncio de la coronación canónica de Nuestra Señora de la Soledad.

Se ponía así fecha al deseo del pueblo de Cantillana de ver coronada a su Patrona. El rito de su Coronación Canónica tendrá lugar (D. m.) el 25 de mayo de 2024, fecha del quinto aniversario de la Dedicación del templo levantado en su honor, que será primeras Vísperas de la Solemnidad Litúrgica de la Santísima Trinidad.



Hermandad de la Soledad
Fotografías: José María Naranjo Ortiz
J. Ángel Espinosa