Cuando el azahar de los naranjos de esta noble villa perfumaban sus calles, las hermandades de penitencia de Cantillana mostraron lo mejor de sí para vivir una plena Semana Santa.
En un soleado Sábado de Pasión, el Señor a lomos de la borriquita inauguraba nuestra semana mayor haciendo su estación de penitencia desde la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción. Nuevamente, esta Agrupación Parroquial quiso mantener la visita a la Virgen de la Soledad en su santuario, completando un recorrido en el que los cantillaneros, y especialmente los más pequeños, pudieron disfrutar de esta primera jornada cofrade en nuestro pueblo. Al igual que en los cultos, el Señor se presentó vestido con túnica de terciopelo beige y manto de raso rojo bordado con canutillos, que se presentaba valiente a los sones de la Agrupación Musical Jesús Despojado de Jaén.
Y de la alegría de la borriquita al más elegante y silencioso cortejo negro en la noche del Miércoles Santo en la que el Stmo. Cristo de la Misericordia recorrió las calles de Cantillana encogiendo el corazón de sus fieles y devotos al ver a Cristo muerto en la Cruz. Y tras Él, Santa María de la Caridad que tan bellamente ataviada acompañó al Señor crucificado.
Tras la celebración de los Oficios del Jueves Santo, Ntra. Sra. del Consuelo se convertía en la protagonista de la jornada, junto a San Juan Evangelista. Su morado y crema cortejo pudo completar la estación de penitencia en otra calurosa tarde de abril a los sones de la Banda de Música "La Soledad" de Cantillana. Destacaba un discreto pero bellísimo exorno floral que perfumaba el paso de palio de la Dolorosa de San Bartolomé
Y en la Madrugá, Ntro. Padre Jesús Nazareno llenó de esplendor El Llano con su salida, cumpliendo a lo largo del cortejo procesional con ritos de antaño y dejando estampas ya necesarias cada primavera en la mañana del Viernes Santo. Se pudo disfrutar del canto de varias saetas a la entrada del Señor cuyo paso procesional dejaba entrever su cercana finalización.