Santa María de la Caridad estaba dispuesta ante una hermosa alfombra a modo de dosel coronado por un bello peñacho dorado. Lució manto burdeos y la nueva saya color salmón y puñal de plata sobre dorada donada el pasado mes de diciembre por las Hermandades de Cantillana con motivo del 50 aniversario de su hechura. Completaba su atuendo un rico tocado de tul bordado con canutillos y pedrería, así como su característica diadema de doce estrellas de plata sobre dorada.
El Santísimo Cristo de la Misericordia se disponía sobre columnas florales en tonos morados, estando escoltado por los cuatro hachones del paso procesional. Todo el conjunto se adornada con un armonioso conjunto de luces y faroles. Tal y como ocurriera durante la celebración de los cultos, a ambos lados del altar podíamos encontrar dos credencias con coronas imperiales que custodiaban dos pinturas alegóricas de la Sagrada Eucaristía y de la misericordia, posicionándose al pie dos relicarios. A ambos lados del presbiterio, las insignias de la Hermandad Sacramental.
