Coincidiendo con la llegada del mes de noviembre en el que la Iglesia conmemora a los fieles difuntos, la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno ha sido ataviada con túnica morada lisa, corona de espinas y potencias de plata, y la cruz de madera de caoba con apliques plateados.
En su capilla de San Bartolomé sigue, como todos los días del año, escuchando los ruegos de su pueblo.
Fotografías: J. Ángel Espinosa