Por primera vez en la Cuaresma, se alza en el santuario de la Soledad un efímero aparato de cultos que fue estrenado para los fastos de la Coronación Canónica celebrados el pasado año. El mismo ha sido enriquecido con seis relieves realizados en terracota y dorados para ser ubicados en las cartelas que se disponían alrededor del altar mostrando en su origen letanías de la Virgen. Estos relieves representan seis de los siete dolores de María siendo la propia Imagen de Nuestra Señora la que culminan los dolores, representando el entierro de Cristo y la Soledad de la Virgen.
Como es habitual, a sendos lados de la embocadura del camarín, se ubican las imágenes de San Juan Evangelista y Santa María Magdalena. Todo el conjunto queda iluminado por más de un centenar de puntos de luz creando artísticas formas que comienzan en las credencias y van ascendiendo hasta la Virgen de la Soledad, protagonista el altar, y que porta la corona y el terno de la coronación.
El arreglo floral de floristería Antonio Payán está realizado a base de rosas, calas, dendrantema boris, aspàrragus y pistacia.