Hasta quince días antes, las previsiones meteorológicas dejaban entrever que no íbamos a vivir una Semana Santa tranquila, teniendo que estar pendientes del cielo. Y así ha sido en la mayoría de las jornadas.
Se hicieron notar las primeras gotas el Sábado de Pasión que obligaron a retrasar la salida del Señor de la Sagrada Entrada en Jerusalén. Pocos minutos antes de las cinco de la tarde, el misterio de la borriquita volvía a bendecir las calles de Cantillana llegando en este XXV aniversario de la fundación de su agrupación parroquial hasta el Santuario de Ntra. Sra. de la Soledad, donde se vivieron dejaron estampas históricas y momentos de oración ante la Patrona de Cantillana. El Señor lució túnica blanca y mantolín rojo bordado con canutillos.
La Hermandad Sacramental, protagonista del Miércoles Santo en Cantillana, puso al Santísimo Cristo de la Misericordia (con matiolas, iris, tulipanes, eryngium, rosas, calas y hortensias) y a Santa María de la Caridad (con rosas blancas) en la calle, siendo relevante la incorporación de sones musicales al paso de palio. También se hicieron notar algunas gotas cuando la cofradía discurría por la emblemática Cuesta del Reloj, aunque sin mayor importancia.
En la tarde del Jueves Santo sí predominó el sol, permitiendo a la Hermandad de Ntra. Sra. del Consuelo realizar su estación de penitencia con total tranquilidad. El paso de palio de la Virgen del Consuelo recorría su itinerario que tuvo la novedad de llegar a la Plaza del Palacio por las calles Juan Ramón Jiménez y Miguel de Cervantes. Así se rezó, como es costumbre, ante el Monumento Eucarístico levantado (este año en la Capilla Sacramental) en el templo parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción. El exorno floral estaba compuesto a base de rosas y espigas plateadas en las jarras y delphinium, matiolas y rosas en las esquinas.
Nuestro Padre Jesús Nazareno salió a la Plaza del Llano para comenzar su estación de Penitencia en una fría madrugada del Viernes Santo. Destacaba el exorno floral del paso del Señor que lucía el dorado completo del paso y el faldón delantero, entre otros estrenos. Llegada la cofradía a San Bartolomé, la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno fue trasladada hasta la lonja del ayuntamiento donde la alcaldesa, Rocío Campos, junto a la Corporación Municipal procedió a la lectura de una declaración institucional e hizo entrega a la hermandad del Nazareno de un juego de potencias de plata en nombre del pueblo de Cantillana como testimonio de la devoción profesada durante siglos y los favores dispensados.
Culminaba la Semana Grande de nuestro pueblo con el discurrir de la cofradía servita de Ntra. Sra. de la Soledad que estrenaba en la calle el cortejo alegórico que debió estrenar el pasado año y que las lluvias impidieron llevar a cabo, un cortejo con artísticos ropajes y atributos alegóricos que fueron portados por los coros de los ángeles, mujeres de Jerusalén y armaos, así como los dos tambores roncos de los judíos, figuras muy añoradas en la Semana Santa cantillanera que la hermandad ha tenido a bien rescatar del olvido. Tras los pasos del Calvario y de la Urna, el palio de la Virgen de la Soledad se asomó al porche para entonar "María Soledad" y comenzar su largo recorrido. Ya en el templo parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción, sorprendió la lluvia y obligó a la Junta de Gobierno a reunirse para tomar una decisión, que fue la de regresar antes de la una de la madrugada, pues había previsión de lluvia. Finalmente, un leve aguacero sorprendió a la cofradía a la altura de la Avenida de Ntra. Sra. de la Soledad, provocando una precipitada entrada que culminó con los sones de "La Madrugá" por parte de la Banda de Música "La Soledad" de Cantillana.
Fotografías: J. Ángel Espinosa