El crucificado de Antonio Castillo Lastrucci y la dolorosa de Francisco Buiza se disponen en un Calvario junto al discípulo amado, obra de Emilio López Olmedo, en el presbiterio del templo. Como principal novedad la hermandad estrena dos pabellones con coronas de metal plateado que cobijan las imágenes de Santa María de la Caridad y San Juan Evangelista, mientras que el Cristo de la Misericordia se presenta, como es habitual en el quinario, respaldado por un dosel de terciopelo y metal que recuerda a los antiguos aparatos efímeros de los oficios del Viernes Santo en los que se adoraba la Santa Cruz una vez descubierta de las cortinas que la ocultaban.
La Virgen de la Caridad estrena un nuevo manto de terciopelo negro con bordados en oro en sus caídas laterales en estilo neobarroco y que luce junto a la saya burdeos bordada por Antonio Payán Campos hacía el año 2002, destacando igualmente la clásica disposición del tocado realizado a base de encajes y la característica diadema de plata sobredorada.
La reliquia de Santa Ángela de la Cruz, titular de la corporación, también forma parte del altar a los pies del Santísimo Cristo, en el que destaca la gran profusión de cera en el color rojo sacramental. El exorno floral se compone a base de rosas, calas, clavel, eryngium, allium y statice dispuesto en forma de jarras y frisos enmarcando la composición del altar.