La Santísima Virgen lucía de gloria en su paso sin palio y sobre la peana de su camarín, cera rizada, manto de Ojeda y la saya del patronazgo, siendo escoltada por los candelabros de guardabrisas cedidos por la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y numerosos estrenos, regalos realizados por hermandades y particulares con ocasión del magno acontecimiento que vivió nuestro pueblo el pasado sábado 25 de mayo.
Si en la mañana del Corpus la Virgen enamoraba a su paso, este traslado de regreso a su Santuario se tornó muy emotivo por la satisfacción de estos días en los que Cantillana ha celebrado muy intensamente la Coronación Canónica de su celestial y amantísima Patrona.