La Santísima Virgen se eleva sobre una cascada de luces conformado por más de un centenar de candelabros que suben desde el banco del retablo hasta el mismo camarín donde se venera la Sagrada Imagen de la Soledad bajo una bambalina de orfebrería sobre fondo de terciopelo burdeos con la secuencia "STABAT MATER DOLOROSA". Como es tradicional en el aparato de cultos de esta hermandad, se presentan las imágenes de San Juan Evangelista y Santa María Magdalena en sacra conversación. Destacan en el altar cuatro relicarios que se disponen escoltando la imagen de la Patrona y el magnífico manifestador bendecido en los cultos del año 2021 donde se dispone el Sagrario.
La Virgen de la Soledad se presenta ataviada con la conocida como "saya del Viernes Santo", bordada en oro en 1900 y el manto de camarín atribuido a Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Se presenta con la corona de plata donada en 1922 por Felipe de Espronceda y Amparo Aparcero con ráfaga del siglo XVIII, hermosa pieza que será la que luzca nuestra Madre en los días grandes hasta su Coronación Canónica.
El arreglo floral está compuesto de matiolas, rosas y calas de floristería A. Payán.